Nuevas alternativas al proyecto educativo: Las escuelas de aprendizaje

03.12.2013 16:05

Hoy en día están comenzando a surgir un tipo de escuelas que verdaderamente persiguen el diálogo y la tolerancia. Estas escuelas predican con un ejemplo pacifista en el que se debe crear un clima que invite al compañerismo y aplique métodos encaminados hacia la no violencia, y no solo teorice sobre la paz. Como requisito fundamental para que tamaño propósito se lleve a cabo es la implicación y creencia en esa escuela por parte de toda la Comunidad Educativa que la rodea.

Conocido este proyecto como comunidades de aprendizaje, se vuelcan en conseguir ofrecer un modelo distinto al de la escuela tradicional, en el que impere la motivación, no sólo del alumno sino también de los docentes y los familiares, para conseguir alcanzar metas positivas y fomentar la participación de todos para así evitar el desinterés, la frustración o incluso la negación de aprender. Cuando en un colegio se observa claramente altos índices de absentismo o conflictividad, lo primordial debería ser buscar el motivo que lo desencadena, ya que en muchas ocasiones tiene su origen en la desmotivación y en la falta de interés por parte de casi todo el colectivo. Las estrategias a seguir para una buena resolución de estos problemas no habría que buscarlas en soluciones puntuales sino encaminar todo el proyecto educativo en torno a unos valores que fomenten la cooperación y la integración de todos por igual. Los estudiantes, al sentirse atendidos y parte de un grupo en el que todos tienen un papel importante, sin desestimarse a nadie al considerarse a alguno como un lastre, todos quieren contribuir a la consecución de sus actividades y a establecer un ambiente acogedor y libre de hostilidad.

Se pretende conseguir el consenso de todos por medio del diálogo, siendo esto el resultado de unas relaciones sociales basadas en pretensiones de validez, intentándose dejar atrás de una vez por todas las pretensiones de poder, sustentadas por medio de la violencia física o simbólica. Ya ni siquiera es válida la relativización de que no hay unos valores superiores y que por ello, diálogo y violencia, estarían a la par. No, hay que superar esos planteamientos y buscar el pacifismo en nuestras aulas.

Si se aprende con diálogo, no sólo se aprende una materia, sino las competencias básicas de socialización, fomentándose la ayuda mutua. Con esta metodología se intenta rebasar la individualización para adoptar un objetivo solidario y evitar así la competitividad y conflictividad. Atrás deben quedar los etiquetados por niveles de capacidad, ya que esto sólo consigue efectos terribles sobre el alumnado.

 

Con las escuelas de aprendizaje no se pretende poner un mero parche basado en discursos pacifistas. Su labor se centra en reconstruir todo el proceso educativo, incluyendo la participación activa de todo el entorno del estudiante, para lograr la consecución de un proyecto sumamente beneficioso para el potencial de los niños.